La Cumbre de las Américas que se celebra en EE. UU. podría estar en riesgo

El lunes 6 de junio comenzará en Los Ángeles la IX edición de la Cumbre de las Américas, un encuentro que se está viendo salpicado por la polémica originada por el Gobierno de los Estados Unidos al no cursar invitación al evento a países como Cuba, Venezuela o Nicaragua. El éxito de esta cumbre va a depender de la asistencia del resto de países invitados y de que la agenda esté orientada a la acción y el compromiso que alcancen todos los líderes participantes.

La ciudad norteamericana de Los Angeles en el Estado de California ha sido la ciudad designada por el gobierno americano para celebrar una nueva edición de la Cumbre de las Américas. La elección se ha debido a que en esta ciudad vive la mayor comunidad de habla hispana de todos Estados Unidos. Este encuentro, que se celebró por primera vez en 1994 bajo la presidencia de Bill Clinton, se está viendo enturbiado por la actitud del presidente Biden con respecto a Venezuela, Cuba o Nicaragua, países que no han sido invitados en esta ocasión.

"Para los Estados Unidos es una prueba de poder, una prueba de fuerza, a la vista de que cada vez son más los Gobiernos, tanto en Centroamérica como en Sudamérica, y en cierto modo también en México, los que van viendo de un modo cada vez más crítico la influencia de los Estados Unidos no solamente en el continente sino en todo el mundo relacionado con el continente", dijo Ricardo Ruiz de la Serna, profesor de Derecho de la Universidad CEU San Pablo.

"La Cumbre de las Américas ahora mismo tiene que analizar eso cómo se va a compaginar con las relaciones comerciales, las relaciones económicas, todo el tema social, todo el tema de cooperación científica, y de investigación, en un momento donde pensamos que se ha superado la pandemia de covid, pero la cooperación es necesaria", expresó Javier Fernández Arribas, director de la revista internacional Atalayar.

En esta cumbre participan 35 Jefes de Estado y de Gobierno de América dentro del marco de la Organización de Estados Americanos (OEA). El éxito del encuentro es de vital importancia para Estados Unidos, que cuestiona la democracia en terceros países y que trata de mantener su influencia en el resto del continente americano. México y Argentina negocian una estrategia diplomática común para confirmar su asistencia y esperan un gesto de la Casa Blanca antes del lunes.

"Hasta ahora todas las veces que la Casa Blanca ha tratado de aislar a los gobiernos, y a los Estados, han sido capaces de romper el boicot, han sido capaces de romper el aislamiento. Probablemente a corto plazo veremos una reacción de condena por parte de estos gobiernos, pero en la actual situación es difícil aislar ya a los gobiernos", agregó Ricardo Ruiz de la Serna.

"Yo en este caso hubiera sido partidario de que Cuba, Venezuela y Nicaragua hubieran estado en la Cumbre de las Américas y quien fuera, o quien fuese, hubiera hecho el informe, o las intervenciones pertinentes", añadió Javier Fernández Arribas.

España ha sido invitada formalmente por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a participar en esta Cumbre por sus grandes intereses en Latinoamérica y su papel como mediador entre los países hispanohablantes y la Unión Europea.

"Está bien que España sea país invitado, que España intente ejercer, porque más allá de lo que son los lazos históricos, culturales, idiomáticos, que son muy importantes, lo que hay es unos intereses políticos, en cuanto a unas formas de vivir, de entender la sociedad, el estado de derecho, respeto a la separación de poderes etc, y luego hay una serie de inversiones multimillonarias por parte de empresas españolas", contó Javier Fernández Arribas.

Ante el agravio de Estados Unidos a Cuba, Venezuela y Nicaragua, los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se han reunido de forma presencial en La Habana, capital de Cuba, para marcar una línea de actuación común ante la administración Biden en esta cumbre.