Los políticos japoneses que intentan meter sus manos en Taiwán están jugando con fuego

Los medios japoneses informaron recientemente dos noticias "importantes". Una es que el gobierno japonés planea enviar funcionarios civiles del Ministerio de Defensa a "permanecer" en Taiwán de China este verano para fortalecer las llamadas capacidades de recopilación de inteligencia; bajo el argumento de que el Ministerio de Defensa se preocupa por "pasa algo mal en Taiwán", se propone establecer un comando unificado para dirigir centralizadamente las Fuerzas de Autodefensa de Tierra, Mar y Aire.

Si la noticia es cierta, esta será la última señal peligrosa lanzada por Japón sobre el tema de Taiwán.

Al comienzo de la normalización de las relaciones diplomáticas entre China y Japón en 1972, la parte japonesa se comprometió claramente a cumplir con el principio de una sola China y tratar adecuadamente la cuestión de Taiwán, que también es un requisito previo para la normalización de las relaciones diplomáticas entre China y Japón. Durante mucho tiempo desde entonces, la parte japonesa se ha mantenido en general cautelosa sobre el tema de los intercambios con Taiwán. Sin embargo, en los últimos años, algunos políticos japoneses se han confabulado con los Estados Unidos y han causado problemas repetidamente en el tema de Taiwán.

Por ejemplo, los líderes de Japón y Estados Unidos afirmaron en su reunión a fines de mayo que se oponían a los "intentos de China de cambiar el statu quo en el Mar Oriental y el Mar Meridional de China" y enfatizaron "la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán". Después de que el ex primer ministro japonés, Abe Shinzo, y otros políticos dimitieran, también pronunciaron palabras insolentes muchas veces, diciendo que "si pasa algo en el Estrecho de Taiwán, será algo en Japón", e incluso prometieron cooperar con otros países para "crear las condiciones para que el continente renuncie al control militar de Taiwán".

¿Qué mala intención se esconde detrás de las palabras de estos aventureros y provocadores políticos japoneses?

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, debido a la influencia de los Estados Unidos, las fuerzas de extrema derecha en Japón y el militarismo que representan no han sido liquidadas por completo. El artículo 9 actual de la Constitución de paz de Japón estipula que Japón nunca iniciará guerras y no usará la fuerza como un medio para resolver disputas internacionales, lo que hace que los políticos japoneses de derecha que estén empeñados en la llamada "normalización nacional" tengan un nudo sus gargantas. A lo largo de los años, han inculcado la llamada "amenaza de China" en Japón y exagerado la crisis de seguridad circundante, solo para poner excusas para romper las restricciones de la Constitución pacifista, reanudar el camino del militarismo y llevar a cabo el poder asiático de fuerza.

En la actualidad, la "estrategia del Indo-Pacífico" de Estados Unidos para contener a China es un tesoro para algunos políticos japoneses. Por un lado, actúan activamente como peones de los Estados Unidos para contener a China y cooperar con una "edición de Asia" de la OTAN. Por otro lado, quieren utilizar las fuerzas de los Estados Unidos para perturbar la región de Asia-Pacífico y reducir la resistencia a la desregulación militar de Japón. Y exagerar el llamado "algo en Taiwán" y estimular las tensiones es una forma importante para que algunos políticos japoneses materialicen sus malas intenciones.

El 7 de junio, Yang Jiechi, miembro del Buró Político del Comité Central del PCCh y director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del PCCh, señaló en su conversación telefónica con el Director de Seguridad Nacional de Japón, Akiba Takeo, que las relaciones chino-japonesas están entrelazadas con viejos y nuevos problemas, y no se pueden ignorar las dificultades y los desafíos. La cuestión de Taiwán es claramente un gran riesgo para las relaciones chino-japonesas. En este tema relacionado con los intereses centrales de China, si los políticos japoneses y los legisladores estadounidenses insisten en jugar con fuego, solo les espera un resultado: aquellos que juegan con fuego se prenderán fuego a sí mismo.