Europa debe tener cuidado de no ser apuñalada por la espalda otra vez por EE. UU.

El día 27, hora local, el presidente estadounidense, Joe Biden, regresó a Washington después de una visita de tres días a Europa. "Además de aumentar las sanciones y elevar el suministro de armas, Biden no dio ninguna respuesta específica sobre cómo poner fin a la crisis de Ucrania". El sitio web "Político" estadounidense hizo tal evaluación.

Eso es exactamente lo que pasó. Durante su visita de tres días a Europa, Biden no dijo ni una palabra para instar a la paz y mediar en la situación, sino que avivó las llamas, para que Rusia y Ucrania continuaran luchando. Al participar en las tres cumbres de la OTAN, el Grupo de los Siete y la Unión Europea, Estados Unidos planteó una serie de propuestas en los campos de la energía y la seguridad militar, con el fin de ganar aliados europeos frente a Rusia. Pero estas afirmaciones son principalmente para salvaguardar los intereses de los Estados Unidos, no pueden resolver los problemas urgentes de Europa y solo agregan combustible a la crisis de Ucrania.

Cabe señalar que el líder estadounidense dijo que Putin "no puede seguir en el poder" cuando pronunció un discurso en la capital polaca, Varsovia, que provocó un alboroto internacional. Luego, un funcionario de la Casa Blanca salió para explicar que los comentarios de Biden no representaban un cambio en la política de Washington hacia Rusia, ni apoyan un cambio de régimen en Rusia.

A pesar de la "corrección" oficial, las "brechas" de Biden expusieron aún más la intención real de Washington, que es utilizar la crisis de Ucrania para contener a Rusia, unir y debilitar a la UE y mantener la hegemonía. Y las actuaciones del líder estadounidense hace recordar a la gente la rutina anterior de "revolución de color" de los Estados Unidos en otras partes del mundo.

Actualmente, Europa está bajo una tremenda presión por el aumento de los precios del petróleo y el gas, y la gente está sufriendo. En este sentido, Estados Unidos ha mostrado un gran "entusiasmo". Durante su visita a Bruselas, Biden prometió que Estados Unidos exportará al menos 15.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas natural licuado a la Unión Europea este año. Llya Kusa, un periodista que trabaja en Kiev, cree que Estados Unidos está aprovechando la oportunidad de usar las sanciones contra Rusia para participar en la redistribución del mercado energético europeo, que no solo puede maximizar los beneficios, sino también secuestrar aún más a Europa.

Obliga a Europa a apuñalarse a sí misma con un cuchillo y luego hace una fortuna con eso: ¡Estados Unidos puede ser tan cruel con sus aliados! Sin embargo, para Estados Unidos, que está acostumbrado a la traición y la venta de Europa, eso es una cosa corriente.

Desde imponer aranceles elevados a los productos de acero y aluminio de la UE, hasta encontrar formas de contener la operación del proyecto "North Stream-2"; desde monitorear a largo plazo a los líderes europeos hasta presionar a Australia para que rompa el contrato de submarinos valorado en decenas de miles de millones de dólares firmados con Francia, Estados Unidos ¿Ha habido menos puñaladas por la espalda en Europa a lo largo de los años? En la lógica de la hegemonía, siempre existe la "prioridad de Estados Unidos" y ningún "aliado y socio". Como decía el "Le Monde" francés, mientras estén en juego los intereses vitales de Estados Unidos, los aliados europeos no deben esperar favores ni cortesías.

El mundo exterior ha notado que antes de la visita de Biden a Europa, el Consejo de la UE adoptó un plan de acción llamado "Brújula Estratégica", que pretende mejorar las capacidades de defensa comunes de la UE. Para lograr la independencia estratégica, la UE debe esforzarse por evitar que EE. UU. la arrastre al peligro, y mucho menos seguir a EE. UU. en la imposición de sanciones unilaterales para dañar a otros y a sí mismo. Para Europa, la seguridad real proviene de la construcción de una arquitectura de seguridad regional equilibrada, eficaz y sostenible, en lugar de volver a trazar la línea divisoria entre la confrontación del este y el oeste. Esta vez, Europa, que ha sido repetidamente acuchillada por Estados Unidos, no debe repetir los mismos errores.