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Colocasia con hilos acaramelados

criPublished: 2019-09-02 09:56:55
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La colocasia contiene mucho almidón, por lo que puede servir para satisfacer el hambre, como las verduras. Debido a que tiene unas características muy especiales, las langostas no la comen, en la antigüedad se la cultivaba ampliamente como cereales de reserva en caso de desastres naturales. En los libros históricos de la dinastía Han del Oeste (206 a. de J.C.- 24 d.C.), y de la dinastía Song (960-1279), se pueden leer varios registros de esta planta como reserva de cereales.

En China, la preparación de la colocasia es muy variada, sus formas de preparación son tan diversas que se puede encontrar colocasia cocida con carne de cerdo, colocasia estofada con chuleta de cerdo, sopa de colocasia, colocasia con hilos acaramelados, colocasia cocida al vapor con carne, arroz de colocasia, gacha de arroz glutinoso con colocasia, etc. También se las puede cocinar en picaditas para hacer ravioles de colocasia, tortillas de colocasia, bolitas de colocasia, etc.

Comer colocasia en la Fiesta de Mediados del Otoño tiene otro significado: la colocasia con un racimo lleno de frutos, simboliza el buen deseo tener muchos hijos y nietos; por otra parte, la colocasia es de forma redonda, por lo que si toda la familia la come simboliza una firme unión familiar; también existe otra explicación que dice que la colocasia en chino se llama Yutou, palabra que tiene la homofonía con “encontrar”, por ello la gente piensa que comer colocasia puede ayudarlos a encontrar buenas cosas.

Ingredientes:

Colocasia… 500gr

Azúcar… 150gr

Aceite de maní… 750ml

Preparación:

Hacemos cortes curvos en la colocasia pelado y lavado al mismo tiempo, luego la pasamos por agua hirviendo y la dejamos escurrir.

En una sartén con aceite de maní semicaliente, a fuego medio, freímos la colocasia hasta que quede casi tierna y la sacamos.

Solo dejamos 25ml de aceite de maní en la sartén y cuando ya este un poco caliente, a fuego moderado, doramos el azúcar hasta que forme burbujas e incorporamos los trocitos de la colocasia. Empuñando la sartén damos unas vueltas en el aire para que el jarabe cubra completamente la colocasia.

Volcamos el contenido sobre una fuente llana, debe cuidarse que el fuego sea el adecuado (ni muy fuerte ni demasiado débil) ya que esa es la calve para formar sus característicos largos hilos acaramelados.

Antes de servir cada porción, los palillos deben pasarse por agua fría para evitar que se peguen.

Ya está listo. ¡A la mesa!

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