Los superhéroes de China X: Ji Gong, maestro del zen en la locura
Recientemente han llegado varias obras cinematográficas con temática de superhéroes, la Agencia Xinhua público un análisis de dos extraordinarias películas y su impacto en el mercado en chino.
La película de Disney y Marvel "Vengadores: Endgame" continúa liderando la taquilla de la parte continental de China a pesar de una leve caída en la recaudación diaria. La cinta de superhéroes recaudó 20,48 millones de yuanes (unos 3,01 millones de dólares) hasta el día jueves, frente a los 24,03 millones de yuanes de la semana pasada, informó así la Red de Información de Datos de Películas de China.
Sin ninguna duda, en este siglo, las películas sobre superhéroes se han puesto de moda en todo el mundo y en China estas películas tienen una gran cantidad de fanáticos, además en este país asiático se ha intensificado la búsqueda de los superhéroes locales. Los cuales son diferentes de los superhéroes norteamericanos, que nacieron con la industria de las historietas modernas, creados por las generaciones de este milenio, pero China tiene varios superhombres o semidioses, que no solo existen en los mitos y leyendas históricas, sino también en obras modernas de muchos sectores artísticos como: novelas, telenovelas, animaciones, películas, dibujos animados, videojuegos, etc. Durante esta serie de reportajes, hemos conocido a algunos de ellos, hoy hablaremos sobre un personaje legendario de China, el monje Ji Gong.
Ji Gong cuyo nombre terrenal era Li Xiuyuan, nació en la aldea de Yongning, condado de Tiantai, Taizhou, provincia de Zhejiang. Su padre era Li Chunmao y su madre llevaba el apellido Wang, pero al cumplir 18 años de edad, sus padres fallecieron, por este triste acontecimiento decidió ir al Templo Lingyin de Hangzhou y se convirtió en monje. Desde entonces usó su nombre budista Daoji y su maestro fue Hui Yuan, un abad viejo y ciego, pero él le dio a conocer su verdadera identidad como Ji Gong.
A Ji Gong no le gustaban los cánticos del Sutra, ni meditar sentado, además le gustaba comer carne y beber alcohol, e incluso prefería la carne de ajo que usualmente comían los perros. Todos estos alimentos estaban absolutamente prohibidos en el budismo, él siempre usaba ropa y sombreros gastados, además tenía consigo un abanico roto. Debido a su conducta, él fue acusado por otros monjes, su maestro solo dijo: “¡La puerta del budismo es tan grande! ¿Por qué no se perdonar a este monje loco? ", luego se le otorgó el apodo “Ji Dian, el monje loco”.
Después de que su maestro falleció, se vio obligado a dejar el Templo Jingci. Él era bastante hábil en la medicina y salvó a muchas vidas de una muerte segura, por lo que fue considerado el “Buda Viviente Ji Gong”. Hablando a manera de leyenda, él era el “Arhat terrenal de Taming Dragón”. Al llegar su nirvana, antes de irse de este mundo, dejó un verso budista.
Sesenta años de vida en desorden
De este a oeste, luchando siempre
Hoy, recuerdo y regreso
Todo es igual que antes
Fue enterrado en “Running Tiger Spring Area”, y se construyó un monasterio especial llamado Jigong Tayuan en memoria a él. Cabe recalcar que muchas palabras históricas están escritas en los Registros del Templo Jingci.
Las leyendas de Ji Gong se originaron en el período tardío de la Dinastía Song del Sur y los narradores de cuentos populares comenzaron a tomar sus experiencias como tema de sus historias, hasta la Dinastía Qing, un libro de cuentos llamado “Historias completas de Ji Gong” fue publicado. Sus historias en realidad provienen de la historia del Maestro Bao Zhi que vivió durante las dinastías del norte y del sur. Más tarde, se mezclaron algunas historias y creencias populares, con lo que Ji Gong se convirtió en un inmortal destacado del budismo y el taoísmo. I-Kuan Tao que adora a Ji Gong, lo cuenta como uno de los dioses y lo considera su maestro. Zhang Tianran, es la encarnación de Ji Gong, existen muchísimas historias sobre Ji Gong.
Después de vivir en el Templo Jingci, Ji Gong empezó a comportarse como un monje amanuense. Incluso en una ocasión, un incendio destruyó la sala principal del Templo Jingci, el abad le encomendó buscar madera para restaurar esa sala, después de haber dormido durante tres días por beber demasiado, gritó: "la madera está aquí, tómala desde el fondo del pozo y de hecho la madera había sido arrastrada desde el bosque hasta el pozo del templo, era tanta que incluso fue suficiente para reconstruir la sala. En la actualidad sí hay un pozo Shenmu en el templo Jingci.
Una vez, Ji Gong vio a un anciano tratando de ahorcarse de un árbol, aquel hombre hizo un nudo y estaba colocando su cuello dentro de él cuando de repente vio a Ji Gong, vestido con harapos, que venía cantando: "Muere, muere, todo termina después de que te mueras, la muerte es mejor que la vida, me colgaré a mí mismo ahora. ”Ji Gong también hizo un nudo y parecía que se iba a ahorcar al lado del viejo, en aquel mismo árbol. El anciano estaba perplejo y le preguntó a Ji Gong ¿por qué él, siendo un monje, querría suicidarse?, Ji Gong le dijo que le encargaron recaudar dinero para remodelar el monasterio, por eso él había mendigado durante tres años y logró reunir algo de dinero, pero durante el camino de regreso al monasterio, se detuvo en un bar, se emborrachó y alguien le robó todo su dinero. Al no tener honor con el que volver al monasterio, decidió terminar con su vida. El viejo creyó su historia y dijo: "No te preocupes, tengo algo de dinero, que ya no me sirve". Le dio a Ji Gong cinco monedas de plata, que era todo el dinero que él tenía. Ji Gong tomó el dinero y dijo: "Tu plata no brilla tanto como lo que yo solía tener, pero las tomaré". Así que tomó el dinero y se alejó con una sonrisa en su rostro, el viejo se sintió aún más triste y procedió a su intento de suicidio, pero Ji Gong regresó, el viejo pensó que el monje regresó para agradecerle el dinero, pero Ji Gong dijo: "Veo que tienes ropa muy bonita, ¿por qué no me das eso también para que puedas abandonar este mundo desnudo, tal y como llegaste al mundo?" El viejo estaba atónito; miró hacia el cielo y suspiró: "¿Por qué es tan difícil morir como vivir y cómo puedo acabar con mi miseria?", dijo Ji Gong, "mira, después de que mueras, los perros salvajes vendrán a devorarte y tu ropa bonita se desperdiciará, pero si me la das, haré un buen uso de ella”. Ji Gong continuó bromeando y jugando con el hombre desesperado, hasta que este último comenzó a reír, al poco tiempo el anciano encontró a Ji Gong, bastante amable y extremadamente entretenido, por lo que él comenzó a abrir su corazón y le contó a Ji Gong la trágica historia sobre la pérdida de su hija y así su mentalidad suicida se disolvió milagrosamente, Ji Gong lo ayudó a recuperar a su hija y la historia tuvo un final feliz.
Ji Gong es una figura compuesta por una imagen histórica y una imagen mitológica, contiene un gran valor filosófico budista del zen, creencias folclóricas y es ampliamente difundida en la literatura oral de la historia de China. Un monje amable con el pueblo, lejos de la vida religiosa, pero muy cerca del pensamiento laico de las masas. Desde el pasado hasta hoy en día, Ji Gong sigue jugando un papel muy popular para los chinos.
Desde 1930 hasta hoy día, se ha publicado por lo menos 20 películas y aún más telenovelas sobre este famoso monje. Su frase clásica “Una vez que la carne y el licor hayan pasado por mis entrañas, el Buda estará sentado en mi corazón”, también se ha convertido en los dichos budistas más conocidos en este país asiático.